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Bitácora del cosnauta

Reflexiones sobre la traducción siguiendo el rastro de un puñado de citas ilustres

Reflexiones sobre la traducción siguiendo el rastro de un puñado de citas ilustres

en Miscelánea /

Pretendemos aquí un recorrido, a modo de juego, por algunas de las citas por las que tanta debilidad tenemos dentro del equipo de Cosnautas, citas que corroboran nuestro sentir sobre la traducción en general y la médica en particular, pero que también (por qué no decirlo) nos ahorran algunos esfuerzos baldíos ante la evidencia de que difícilmente seremos capaces de razonar a la altura de los nombres que aquí se mencionan. 

 

Pretendemos aquí un recorrido, a modo de juego, por algunas de las citas por las que tanta debilidad tenemos dentro del equipo de Cosnautas, citas que corroboran nuestro sentir sobre la traducción en general y la médica en particular, pero que también (por qué no decirlo) nos ahorran algunos esfuerzos baldíos ante la evidencia de que, al menos en mi caso, difícilmente seremos capaces de razonar a la altura de los nombres que aquí se mencionan. No significa esto que coincidamos con todo lo aquí citado, pero sí que estas citas hilvanadas en tan torpe discurso son sin duda un buen abono para el debate, la necesaria discrepancia y la reflexión sobre un oficio que atrapa a quienes a él se dedican.

Empezaremos, por supuesto, con una visita al diccionario, eligiendo para la ocasión (y siguiendo un clarificador artículo de Malcolm Mash) la vetusta Enciclopedia Britannica, que al definir el vocablo “medicine” nos dice:

 

“...the aggregate of scientific fields related to prevention and treatment of disease, as well as maintenance of health.”

 

Así que, si aceptamos tal definición, sin duda concluiremos que la medicina es un compendio de disciplinas o áreas interrelacionadas; en definitiva, un abanico de posibilidades y trayectos que nos enfrentan felizmente a la complejidad de cualquier campo de especialización humana pero que, en ocasiones, puede parecernos un verdadero campo de minas. ¿Cómo lidiar con una disciplina que aglutina decenas de ellas? ¿Deberíamos optar por la especialización? ¿Cómo abordar la traducción de un libro o documento multidisciplinar? Muchas son las preguntas a las que nos enfrentamos los profesionales del lenguaje médico, y tarea de cada cual será elegir un camino u otro, en la certeza de que este “arte del fracaso” (Umberto Eco dixit) podría ser también “la esencia de la civilización moderna” (Isaac Bashevis Singer) o, dejando de mirar al cielo, al menos una tarea ética, un doble “compromiso (…) literal e idiomático” (Benjamin Jowett) consistente en “no omitir, no añadir, no adulterar”(Valentín García Yebra). Y quizá con eso baste.

En lo que a la traducción médica se refiere, no está de más recordar la advertencia (con un poco de mala baba) del asombrado Óscar G. Carrera: “Causa asombro ver y oír lo que escriben o dicen los médicos, muchos de ellos hombres cultísimos que, en otras disciplinas, usan de lenguaje pulcro y atildado, pero que hablando de cosas de su profesión parece que se aferran en decir disparates.” Sin adherirnos a (o alejarnos de) tan provocadora afirmación, y en aras de la tan denostada corrección política, optaremos aquí por la más inocua aportación de Gregorio Marañón, para quien “en el lenguaje científico, la claridad es la única estética permitida”, pues no olvidemos que “el portentoso desenvolvimiento de las ciencias médicas ha dado origen a un número extraordinario de voces nuevas, que, sumadas a las ya existentes, forman un conjunto terminológico no superado indudablemente por ninguna otra ciencia” (León Cardenal).

Y hay también quien transita espacios metafísicos, lugares donde la traducción, como objeto de análisis, especulación o reflexión, es “un eco” (George Borrow), “una de las actividades humanas intelectualmente más difíciles” (Eugène Nida), “el arte de lo improbable” (Juan Rulfo), “un viaje por un país extranjero” (George Steiner) o, incluso, esa actividad “donde lo imposible ocurre por principio” (Mariano Antolín Rato). Y tirando de este hilo, alcanzamos el nudo propuesto por Robert A. Day, para quien la traducción médica o científica “no es una cuestión de vida o muerte”, sino algo “ mucho más serio” (Robert A. Day).

¿Y con qué nos quedamos? Yo, personalmente, sobre este “noble oficio de comunicar entre sí a hombres separados por barreras lingüísticas” (V. G. Yebra)” tengo debilidad por aquella cita de Gunther Grass, un poco utópica si quieren, y desde luego lampedusiana: “La traducción es aquello que transforma todo de manera que nada cambie”.

Y ustedes, queridos Cosnautas, ¿qué opinan? ¿Tienen una cita preferida?

 

Rubén Sáez Carrasco

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