Tuve el placer de asistir a la XII
edición del Curso de Traducción Médica, organizado por la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo (UIMP), que se celebró del 26 al 30 de agosto en Santander
(España). El tema de esta edición fue «Traducción e interpretación médicas
en la nueva era tecnológica de la inteligencia artificial».
Fernando Navarro, director del curso, es un alquimista lingüístico que enseña tanto curiosidades sobre el lenguaje médico como la importancia del humor para la comunicación. Aplica la precisión no solo al uso del lenguaje, sino también a su don de anfitrión en Cantabria, una región que es testigo de su historia personal y su presente.
La semana transcurrió con un ritmo incesante para el grupo integrado por dos docenas de participantes provenientes de España, México, Argentina, Colombia y Perú. Todo el curso estaba organizado hasta el más mínimo detalle para maximizar nuestro aprendizaje y la comodidad de nuestra estancia. En el bello campus de Las Llamas, hemos compartido durante cinco días la misma pasión por el idioma español y la medicina.
Fernando nos tenía preparadas sorpresas agradables cada día. De hecho, el primer día nos instó a preparar un monólogo de tres minutos sobre medicina, lenguaje y humor para exponer a final de la semana. ¡No habíamos previsto una actuación y… menos ser graciosos! Los monólogos de los participantes fueron muy ocurrentes, y fue una divertida manera de observar nuestras habilidades delante de un público muy entusiasta.
Los profesores Leticia Arcos, Sara Garví, Nora Díaz y Javier Mas compartieron generosamente sus experiencias y conocimientos.
Leticia nos ha llevado a recorrer no solo su extensa trayectoria profesional, sino también el escenario del equipo de traductores en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Ginebra. Hemos descubierto el rol tan importante que desempeñan los traductores para el funcionamiento del comercio internacional, que requiere la traducción de todos los documentos en los idiomas inglés, francés y español. Leticia nos reveló que dilucidar los términos y el estilo adecuados constituyen un verdadero reto a la luz de la geopolítica internacional. Además, compartió su experiencia como gestora de traducción en un laboratorio farmacéutico español y nos invitó a participar en un role play para alertar sobre las frases coloquiales frecuentes que surgen en la atención en una farmacia. Nos trasmitió que cada tramo de nuestro recorrido puede estar propiciando el siguiente viaje y que la disponibilidad y la capacidad de networking son la clave en el mundo laboral.
Sara nos ha expuesto la realidad del entorno hospitalario, donde el intérprete conforma una tríada junto con el paciente y el médico. Es necesario ponerse en la piel del paciente que no comprende lo que le dice el médico y actuar siempre en beneficio del paciente dentro del marco de la ética profesional. Además de conocer la terminología de la especialidad, el intérprete debe adaptarse continuamente, como, por ejemplo, cuando es necesario interpretar el lenguaje corporal o cuando el paciente no puede expresarse bien en su idioma. En el ámbito de la psiquiatría, la traducción es un verdadero desafío, ya que el discurso del paciente puede ser incoherente y los pacientes pueden actuar de manera impredecible. Interpretar una consulta oncológica o pediátrica con mal pronóstico es algo que genera angustia al traductor por la carga emocional que supone. Es necesario entrenarse para mantener la distancia profesional y tomar en cuenta prácticas de higiene mental para que el traductor no se lleve la angustia a casa. Sara también nos compartió cuán gratificante es ser parte del equipo para ayudar en una consulta médica.
Las clases de Nora nos empujaron a enfrentar la revolución de la inteligencia artificial (IA). La buena noticia es que, gracias a las plataformas de la IA, como ChatGPT, Gemini, Copilot, Perplexity, entre otras, hoy todos tenemos un becario, pues así llama Nora a la IA. El becario facilita nuestro trabajo, siempre que sepamos darle las órdenes adecuadas. Nora nos enseñó a crear instrucciones (prompts) refinadas y las claves para hacer búsquedas. ¿Te gustaría que la IA te resuma un video que está en YouTube? La IA interactúa con sitios web y te escribirá un resumen en cuestión de segundos. La multimodalidad de estas tecnologías incluye tanto la interfaz texto a texto como el procesamiento de imágenes y capturas de pantalla y la conversión de un Power Point en una tabla de glosario bilingüe en segundos. Vimos programas para transcribir audios o clonar voces, y es cierto que existen ahora plataformas que interpretan y hacen generación automática de subtítulos con resultados aceptables. Esta diversidad de nuevas tecnologías resulta al principio abrumadora, pero conocerlas nos invita a usarlas para nuestro beneficio. Todos salimos de las clases de Nora con una varita mágica en la mano y el ChatGPT descargado en nuestro teléfono móvil.
Javier nos ha dejado claro que la IA no piensa; traduce a partir del bagaje que tiene incorporado y es muy útil para explicar frases, pero no piensa. A medida que pase el tiempo, la IA estará cada vez más dotada y resolverá mejor los problemas de traducción. Por otro lado, la traducción automática es una herramienta muy útil, pero que no toma en cuenta el contexto. Javier destacó que estas herramientas producen menos errores de concepto que un traductor humano. Justamente por esto, el traductor tiene que aguzar la vista y reflexionar para detectar los errores. ¿Acaso la IA puede marcar la diferencia entre warm, hot y lukewarm así nomás? Panick attack no necesariamente se refiere a «pánico». Lo que esta revolución informática nos puede generar es más bien «angustia». De hecho, una plataforma aún no puede discernir si lo que traduce se basa en los criterios de clasificación de enfermedades de los Estados Unidos o de la OMS (que pueden no ser idénticos). Entonces, si bien la IA es eficaz y lo será cada vez más, aún tenemos que usar nuestra inteligencia no artificial para asegurar una traducción de calidad.
Las actividades culturales fueron sumamente enriquecedoras: participamos en la presentación del libro Lo que no te esperas del sexo, con los autores Raquel Carnero Gómez y Luis Marcos Nogales; recorrimos las salas del Palacio de la Magdalena, que fue vivienda de verano de los reyes de España; caminamos por el Camino Real de Cartes y nos deslumbramos con la explicación de la Vijanera de Silió, una tradición milenaria de Cantabria que se mantiene viva.
No quiero perder la oportunidad de brindar las gracias a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Cosnautas, Tremédica y a la Fundación Lilly por hacer posible que este curso se haya podido llevar a cabo un año más. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todos los participantes, y espero que se continúe haciendo durante muchos años más.
Fernando nos enseña a cada paso que da, como lo hacían los griegos, que daban clase al aire libre durante una caminata. Eso fue lo que vivimos a la vera del Mar Cantábrico: aprendimos sobre academia y también sobre la vida (y el lenguaje) en movimiento.