La idea
de elaborar un diccionario de dudas de traducción de términos químicos surgió
de mi labor como tutora en AulaSIC, prestigioso centro de formación para
traductores en el que imparto módulos de traducción química enfocada a textos
médico-científicos.
Durante
la elaboración del material didáctico y de la abundante y enriquecedora
interacción docente-alumnado, se hizo patente la apremiante necesidad de crear un
recurso que satisficiese los requerimientos de precisión y productividad que
tienen los profesionales que traducen y redactan textos con terminología química:
la complejidad del extensísimo léxico químico y las frecuentes dificultades inherentes
a su traducción debían recogerse en un único recurso que fuese práctico a la
vez que completo.
El
contenido de las entradas del DTQ se apoya principalmente en el material
didáctico que he elaboro y utilizo como docente, así como en las
dificultades de traducción que he venido afrontando, resolviendo y recopilando
a lo largo de mi carrera como investigadora y traductora en el ámbito de la
química.
Aunque existen otros recursos terminológicos bilingües y
multilingües especializados en ciencias químicas, hasta donde sé, ninguno de
ellos responde a las necesidades específicas de la traducción y redacción
médicas en tanto en cuanto no ofrecen soluciones a problemas de traducción,
sino que se limitan a enumerar lemas y sus equivalencias en otros idiomas.
Al igual que el Libro Rojo de Fernando Navarro
—obra en la que el DTQ se inspira en gran medida— este diccionario va
mucho más allá: además de proporcionar todas las posibles equivalencias en
español de cada término o colocación en inglés, también aclara el contexto
correspondiente a cada acepción mediante ejemplos ilustrativos y propuestas de
traducción.
Asimismo, en sus entradas se indica el registro textual (formal
o coloquial); se incluyen sinónimos en español y en inglés; voces jergales (p.
ej., bomb, Buchi, greasiness…); sintagmas habituales (small molecule
drug, free form, building block…); abreviaturas (qt, r.t., rxn…); formas sigladas
(HPLC, HBD, LG…),; formas apocopadas (carbon tet, mass spec, quad…);
símbolos (Me, Hg, Mo…); fórmulas químicas (NO3-, HNO3…); números de Cas
(7697-37-2, 10102-43-9…) o prefijos frecuentes (non-, bio-, pro-…): es
decir, todo aquello relacionado con la química que sea susceptible de aparecer
en un texto médico-científico.
Además, el DTQ
no es únicamente una recopilación de tecnicismos, sino que también recoge
vocablos del lenguaje no especializado (p. ej., like, make, promiscuous,
blanket, small, large, soft, hard, strong…)
que poseen un significado y una traducción específicos en el lenguaje de la
química.
Otra virtud del DTQ que le permite desmarcarse de otros recursos por su carácter práctico-didáctico es que nos advierte sobre posibles dificultades de traducción derivadas de falsos amigos, calcos, términos desaconsejados, obsoletos, ambiguos o incorrectos, usos metonímicos, elipsis semánticas, etc.
Por
todos estos motivos, este diccionario constituye una herramienta de precisión y
productividad para todos los profesionales que redactan o traducen textos ricos
en terminología química: patentes, artículos científicos, documentación técnica
para el sector farmacéutico, protocolos de ensayos clínicos, documentos de
consentimiento informado, textos de marketing científico, etc.