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MedLexic

Diccionario inglés-francés de medicina y ciencias afines

Eñaut Urrestarazu

Versión 1.02; mayo de 2024
Herramienta indispensable para cualquier profesional llamado a interpretar, traducir y redactar textos especializados en cualquier ámbito de las ciencias de la salud.
Más de 90.000 artículos lexicográficos debidamente documentados.
Útil información que permite resolver de manera eficaz problemas terminológicos: equivalentes, sinónimos, abreviaturas, colocaciones, modismos, terminología anatómica, traducciones recomendadas y desaconsejadas, calcos, ejemplos de uso, notas explicativas y mucho más.
Fuente fiable y permanentemente actualizada.

El autor

Mi nombre es Eñaut Urrestarazu Aizpurua. Nacido y crecido en Bélgica, soy belga por parte de madre y vasco español por parte de padre. En 1997, me gradué en Traducción del español, danés, sueco y noruego al francés por la Escuela de Intérpretes Internacionales de la Universidad de Mons-Hainaut, también en Bélgica.

Aunque perfectamente bilingüe desde niño, al haber cursado la mayor parte de mis estudios en Bélgica, considero el francés mi primera lengua y, por lo tanto, mi lengua de llegada.

Debuté en el mundo de la traducción como traductor técnico en Reinisch España, empresa alemana con sede en Vitoria, especializada en documentación técnica y, por aquel entonces, distribuidora oficial y exclusiva de Trados® en la península ibérica. En Reinisch, además de traducir, ocupé el puesto de responsable del servicio de asistencia técnica, me convertí en el primer formador acreditado de Trados® en España y aprendí todo lo un profesional de la traducción puede desear aprender: traducir con y sin herramientas de TAO; revisar y corregir; elaborar presupuestos; utilizar Windows, Mac y Unix; maquetar con programas de autoedición (DTP); gestionar Redes e, incluso, reparar equipos informáticos (hardware). En 2002, tras 5 años de inestimable aprendizaje en Reinisch, sentí que era el momento de avanzar en otra dirección y fundar mi propia agencia de traducción, Igela Traducciones. 

Hasta aproximadamente el año 2010, más del 95 % de mi volumen de trabajo consistía en encargos de traducción y corrección de documentación técnica (automoción, maquinaria agrícola y aeronáutica, etc.). En el ámbito de las ciencias de la salud, traducía únicamente textos relacionados con productos sanitarios, como escáneres o instrumentos quirúrgicos, porque no me atrevía a traducir medicina pura y dura. Mis clientes me encargaban cada vez más traducciones y correcciones de textos médicos y menos de documentación técnica, lo que me hizo darme cuenta de que mi formación era insuficiente. Pasaba demasiado tiempo buscando información en internet para resolver problemas de traducción, pero dudando, a su vez, de la fiabilidad de las fuentes y, por lo tanto, de mi propio trabajo. Casi todo el contenido que encontraba era traducido del inglés; ¿cómo saber si la traducción era acertada? Los únicos recursos en los que podía confiar eran los libros de preparación del MIR francés (ECN, Examen Classant National).

Fruto de esta frustración, decidí retomar mis estudios. 

Ante la ausencia de programas de educación superior especializados en traducción médica al francés, me planteé estudiar medicina, pero mis responsabilidades como empresario me impedían disponer del tiempo y la flexibilidad necesarios, así que cursé la maestría de Traducción Médica inglés-español de AulaSIC, donde tuve el privilegio de aprender de algunos de los traductores médicos más consolidados y acreditados, como María Paz Gómez Polledo, Pablo Mugüerza o Gonzalo Claros Díaz.

Durante el grado en Traducción que estudié en Bélgica, el proceso de traducción que me enseñaron dejaba mucho que desear: la precisión traductológica, aunque parezca mentira, no era prioritaria, y los problemas de traducción, como las polisemias, los falsos amigos o los calcos del inglés, no eran aspectos que se abordasen en profundidad. 

Todo lo que aprendí durante los 15 meses que duró la maestría de AulaSIC me obligó a cuestionar y replantearme mi manera de traducir, lo cual me condujo a una crisis existencial pasajera, que conseguí superar para resurgir todavía más fuerte, preparado, lúcido y apasionado por mi profesión. 

Estudiar una maestría en inglés-español, también me permitió darme cuenta de la gran suerte que tenían, y que tienen, los profesionales del lenguaje biosanitario que trabajan en este par de idiomas, por tener a su disposición el imprescindible Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico de Fernando Navarro.

Motivos que me llevaron a la creación de este diccionario

Mi amor por la medicina

Mi amor por la medicina y, por lo tanto, los primeros brotes de MedLexic surgen gracias a mi madre, enfermera de urgencias y reanimación que, sin saberlo, iba a sembrar en mí una pasión que nunca me abandonaría. Puesto que mi madre me crió ella sola y no tenía con quien dejarme mientras estaba en el trabajo, me tocó pasar la mayoría de mis tardes de infancia en el hospital en el que ella trabajaba. Siempre rodeado de personal sanitario, batas camillas, sillas de ruedas y pacientes, gran parte de mi imaginario giraba alrededor de enfermedades, accidentes, diagnósticos y tratamientos. Todavía me acuerdo perfectamente cómo mi madre me explicaba con todo tipo de detalles que habían tenido que amputar una pierna a un paciente que se había puesto unos pantalones demasiado apretados.

Fue durante aquellos años cuando empecé a apasionarme por las ciencias de la salud y su lenguaje especializado.

Aunque me hubiese gustado ser neurocirujano —no me habría conformado con ninguna otra especialidad—, mi madre no podía permitirse concederme tanto tiempo para terminar mis estudios. Ante la disyuntiva entre elegir otra especialidad de la medicina más breve y cambiar de rumbo profesional, decidí, temporalmente, aparcar la medicina y dedicarme a la ingeniería y a los idiomas.   

La influencia del Libro Rojo de Fernando Navarro

En 2008, estuve de viaje por Argentina para conocer a una parte de mi familia. Curioseando en una librería universitaria de Rosario, me llamó la atención un enorme libro rojo cuyo título rezaba así: Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (2ª edición), que sus admiradores cariñosamente llamamos el Libro Rojo.  Fue amor a primera vista —algo que solo me había sucedido con Blinkenberg et Høybye: dictionnaire danois-français—, así que, obviamente, lo compré. Pesaba tanto que, para poder viajar de regreso a Europa, tuve que pagar más de 200 dólares de recargo por sobrepeso, pero la inversión valió la pena y, desde entonces, siempre me acompaña (ahora, claro está, en su versión electrónica), ¡incluso para traducir hacia el francés! ¿Dónde se ha visto que un traductor deba recurrir a un diccionario inglés-español para resolver problemas traductológicos en inglés-francés?

 La ausencia de diccionarios médicos inglés-francés

Mientras cursaba la maestría en Traducción Médica, me di cuenta de que los traductores médicos inglés-francés se tropezaban cotidianamente con un problema todavía sin resolver: la ausencia de recursos terminológicos destinados a profesionales del lenguaje médico que trabajan con el par de idiomas inglés francés. La gran mayoría de los diccionarios médicos existentes (Le Larousse médical, el Dictionnaire illustré des termes de médecine de Garnier Delamare, el Dictionnaire médical de Manuila, el Dictionnaire de médecine de Flammarion, Le Nouveau dictionnaire médical de Elsevier-Masson, el Dictionnaire de l’Académie française de médecine y el Dictionnaire de l’Académie française de pharmacie) adoptan un enfoque puramente descriptivo y, sobre todo, aunque algunos de ellos sí recogen equivalencias en inglés (no siempre fiables), van dirigidos a profesionales biosanitarios (médicos, investigadores, enfermeros, etc.) o bien a la población general, sin tener en cuenta las necesidades del profesional del lenguaje médico.

Los únicos dos recursos que sí podrían resultar pertinentes son el Dictionnaire anglais-français des sciences médicales et paramédicales de William J. Gladstone, y el Dictionnaire des difficultés du français médical de Serge Quérin.

El de Gladstone es sin lugar a duda el mejor que existía hasta a la fecha, pero presenta algunas lagunas. Además de ser poco completo y de no estar actualizado, al abordar lemas polisémicos, por ejemplo, no proporciona el contexto necesario para que el traductor pueda elegir entre una acepción u otra.

El artículo lexicográfico del lema enlargement, por ejemplo, contiene dos acepciones distintas: agrandissement y renflement. Inmediatamente debajo de las equivalencias, se recogen una serie de colocaciones, pero sin explicar con cuál de las acepciones están relacionadas. Otras veces, la información proporcionada en las entradas es incompleta. Por ejemplo, en la ficha del lema drug se proponen únicamente tres sustantivos equivalentes: médicament, drogue y produit. ¿Pero por qué no se recoge la acepción de drug como adjetivo calificativo (pharmaceutique), una de las más frecuentes? Además, drug también significa principe actif; ¿acaso principe actif, substance pharmaceutique y spécialité pharmaceutique son sinónimos de médicament

Por su parte, el Dictionnaire des difficultés du français médical de Serge Quérin es una obra excelente que aporta ideas y soluciones muy valiosas, especialmente para luchar contra los injustificables calcos del inglés que inundan el lenguaje médico francés, pero también resulta patente que está dirigida únicamente a profesionales biosanitarios, y no a los del lenguaje médico. En la mayoría de los lemas, por ejemplo, ni siquiera se menciona la voz inglesa que da origen al calco que se pretende evitar.

Estos dos recursos exigen conocimientos médicos muy avanzados, así que pueden resultar pertinentes para traductores y redactores médicos que, como yo, poseen una dilatada experiencia, pero son claramente insuficientes para profesionales más noveles.

Este tipo de información que brilla por su ausencia en las obras de Gladstone y Quérin es la que Fernando Navarro sí proporciona en Libro Rojo y que yo también recojo en MedLexic, obra que nace con la vocación de fomentar la autonomía del profesional de lenguaje médico mediante la adquisición de conocimientos temáticos, culturales y lingüísticos, para que pueda tomar decisiones traductológicas bien fundamentadas y afrontar encargos de traducción o redacción con seguridad y garantías.

 Aprendizaje con el grupo Medfres

Cuatro meses antes de que se declarase la pandemia, en Tremédica, asociación de traductores médicos y ciencias afines de la que soy socio, alguien propuso la idea de confeccionar un diccionario médico francés-español. Puesto que el francés es mi lengua materna, me pareció una muy buena oportunidad para relacionarme más con mis colegas de profesión y aportar mi granito de arena. Antes de empezar a reunirnos, Fernando Navarro y algún otro colega nos dieron algunas pautas y recomendaciones, como la de utilizar el programa lexicográfico TLex (TshwaneLex). Inmediatamente me instalé el programa y aprendí a utilizarlo en cuestión de semanas. 

Unos 30 compañeros de profesión formamos el grupo de trabajo Medfres. Al principio, nos reuníamos semanalmente, y todo el mundo parecía muy entusiasmado y comprometido con el proyecto. Por distintos motivos, la gran mayoría de los integrantes del grupo se fueron descolgando, con la excepción de Ana Atienza, Esperanza Vinagre y Raquel Lázaro, quienes me apoyaron desde el punto de vista moral y práctico, aportando su experiencia e inestimables conocimientos. Por ello, les estoy muy agradecido y les dedico MedLexic.

Pese a la disolución del grupo Medfres, yo no estaba dispuesto a tirar por la borda los centenares de horas de trabajo que había dedicado al proyecto y todo el aprendizaje adquirido, así que decidí crear un diccionario médico concebido para ayudar a todos los profesionales del lenguaje médico que trabajan con el par de idiomas inglés-francés: MedLexic.


Criterios de elaboración

Inicialmente, mi idea era simplemente reunir en un solo recurso electrónico los principales diccionarios médicos inglés-francés, pero, poco a poco, inspirado en el Libro Rojo de Fernando Navarro, me fui animando a crear un diccionario más detallado, que profundizase en determinadas voces o expresiones que, como los términos polisémicos, los falsos amigos o los calcos patentes, semánticos u ortotipográficos, suelen plantear problemas terminológicos al profesional del lenguaje médico. También decidí incluir voces del lenguaje general, que, pese a no pertenecer propiamente al léxico médico, también pueden ayudar a mejorar la cohesión de un texto, evitando así los innecesarios pero frecuentísimos calcos del inglés, como challengecastadequate, etc.

Se me pasó por la cabeza traducir el Libro Rojo, como ya se hizo con el Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico al portugués (DDD), pero acabé descartando la idea por dos motivos: primero, traducir un diccionario de la envergadura del Libro Rojo es una tarea titánica que llevaría años, y segundo, discrepo con algunos de los criterios seguidos por Fernando Navarro, porque considero que ralentizan la labor del traductor. Aunque disfrute y aprenda muchísimo leyendo cada una de las fichas lexicográficas del Libro Rojo —cuya versión impresa, por cierto, me he leído de principio a fin—, como traductor profesional que necesita ser rápido y eficaz, el océano de conocimientos que inunda cada ficha puede plantear un problema, en tanto en cuanto resulta difícil encontrar exactamente la acepción, el sinónimo o el término proscrito precisos que se están buscando.

Por eso, yo preferí sacrificar una parte del conocimiento en aras de la productividad. Con este mismo fin, también me pareció importante presentar las fichas de manera más intuitiva, organizando por colores y resaltando en negrita la información clave (equivalencias, colocaciones, sinónimos, calcos, traducciones desaconsejables, etc.).

Estructura de las entradas

La gran mayoría de los artículos lexicográficos de MedLexic son lemas monosémicos que proporcionan una o dos equivalencias, como gastritis, en francés, gastrite.

Las fichas de lemas polisémicos siguen una estructura mucho más elaborada, en la que también se proporciona el contexto de las distintas acepciones, se señalan las traducciones recomendadas o desaconsejadas, se citan ejemplos de uso o se incluyen remisiones a lemas relacionados o útiles observaciones de carácter traductológico o temático.

En la ficha que se muestra a continuación, se pueden observar

  • las diferentes acepciones numeradas, seguidas de la categoría gramatical de cada palabra (sustantivo, adjetivo o verbo) entre corchetes de color azul;
  • la abreviatura de la especialidad médica a la que pertenece la palabra (Gral.[general], Hém. [hematología], Instrum. [instrumentos], etc.); 
  • elementos que permiten identificar el sentido de cada acepción (p. ej., [falsify], [treat], [act as a doctor], etc.);
  • las equivalencias en francés: en negrita, para que, cuando sean necesario, sean fácilmente visibles sin necesidad de leer el resto de las informaciones de la ficha; 
  • colocaciones, (p. ej., falsifier des épreuves o pratiquer la médecine): en color rojo, precedidas por el símbolo ■ y seguidas de sus eventuales equivalencias o remisiones;
  • un recuadro de color gris en el que se realizan observaciones de gran utilidad para el usuario, como advertencias sobre posibles traducciones intrincadas.


El buscador

MedLexic, que puede consultarse desde cualquier navegador, dispone de un buscador similar al del Libro Rojo, que destaca por su operabilidad intuitiva, para facilitar a los usuarios la identificación rápida de las traducciones más acertadas. Aunque se trate de un diccionario unidireccional inglés-francés, se ha optimizado no solamente para buscar voces en inglés, sino también en francés, que forman parte del lema o que se encuentran en otros campos de interés dentro del artículo lexicográfico, como los siguientes:

  • Abbrev.: campo que indica la forma abreviada de un lema (p. ej., FDA);
  • AbbrevOf: campo en el que aparece la forma desarrollada de una abreviatura lematizada (p. ej., Food and Drug Agency);
  • AlternativeSpelling: campo que recoge una grafía alternativa a la del lema principal (p. ej., post-operative/postoperative, esophagus/oesophagus);
  • TA (terminología anatómica): muestra el término en latín de una estructura anatómica (p. ej., articular muscle of knee/musculus articularis genus);
  • plural: advierte sobre la ortografía intrincada de los plurales irregulares en inglés (p. ej., bacterium/bacteria, diagnosis/diagnoses).