La semana pasada, recordamos el taller poético-deontológico para la redacción del juramento del traductor médico, una actividad del XI Curso de Traducción Médica en Santander. En ella, los alumnos debían crear y proclamar ante los demás un juramento inspirado en el juramento hipocrático, pero adaptado a otra práctica profesional. Hoy y la próxima semana tocará presentar dichos juramentos. He aquí tres propuestas, a cargo de tres grupos que abordaron la tarea de muy distinta manera.
1. Un juramento jerónimo-hermético
Corina Tesler, Karol Tapia, Miriam Mora y Patricia Torres
Yo juro por san Jerónimo, patrón de nuestra profesión, y por Hermes, dios de los traductores y mensajero divino, cumplir según mi leal saber y entender este juramento:
Mantendré la fidelidad y la precisión en mis traducciones, respetando el significado y la intención originales, y transmitiendo el mensaje sin agregar, omitir ni alterar información.
Me comprometeré a seguir creciendo como profesional de la traducción médica, manteniendo la humildad y reconociendo que siempre seguiré mejorando mis competencias traductológicas, lingüísticas, culturales y biosanitarias.
Facilitaré la comunicación entre los distintos actores en el ámbito de la salud, especialmente los pacientes y sus cuidadores, y velaré por que los textos sean legibles, comprensibles y accesibles en función de sus objetivos.
Llevaré a cabo mi trabajo con diligencia y responsabilidad, cumpliré con los plazos y compromisos pactados con mis clientes, entregaré los textos en los formatos que me solicitan y juro leer las instrucciones y guías de estilo que me envíen.
Velaré por el cumplimiento del principio de neutralidad y confidencialidad y no llevaré a cabo ninguna acción que cause conflicto de intereses ni competencia desleal entre quienes se hayan comprometido a este juramento, y nadie más.
Mantendré y fomentaré buenas relaciones de confraternidad y solidaridad profesionales, bregando por la competencia leal y prestando ayuda en caso de dificultad profesional a toda la comunidad cosnáutica.
Si cumplo este juramento y no lo quebranto, recibiré solamente traducciones interesantes bien remuneradas y con plazos razonables; en caso contrario, perderé la confianza de mis colegas, clientes y toda la comunidad médico-sanitaria y traductoril.
2. Un juramento solemne y respetuoso
Angelika Pfaller, María Lanza, Paz Gómez Polledo, Raquel Moraga y Rocío Domínguez
Doy mi palabra solemne de que, en el ejercicio de mi profesión como traductora médica, cumpliré con los siguientes preceptos:
Trataré los textos analizando el contenido, con imparcialidad y fidelidad al original, empleando la terminología adecuada al usuario final, sin utilizar omisiones ni adiciones innecesarias.
Respetaré la información contenida en el texto original y mantendré la confidencialidad de pacientes y profesionales sanitarios.
Procuraré mantener un aprendizaje constante a través de fuentes contrastadas y una renovación que avance a la par que el conocimiento científico.
Respetaré y consideraré la diversidad y haré uso de un lenguaje claro e inclusivo.
Seré respetuosa y leal con mis compañeros de profesión y compartiré conocimientos y recursos con generosidad.
Si cumplo con estos preceptos, habré honrado a la profesión y, de lo contrario, aceptaré las consecuencias.
3. Un juramento que remite al curso y a Cosnautas
Antonio Moral, Dulce Zurita, Esther Paraíso, Verónica Gómez y Yolanda Vela
Yo prometo por los fundadores de Cosnautas: Munoa, Navarro y de la Riva, y tomo por testigos a todos los colaboradores de esta solemne plataforma, Igea, Gómez Polledo y Saladrigas, cumplir según mi capacidad y juicio esta promesa y este pacto:
Consideraré a mis maestros como futuros colegas y, como con el resto, compartiré con ellos mis glosarios, conocimientos y demás recursos. Con mi humilde labor, apoyaré las futuras ediciones de Cosnautas con más diccionarios multilingües.
Cuidaré la pureza de mi lengua y elegiré el termino adecuado. Con mi humilde labor, garantizaré la ausencia de anglicismos, el buen uso de cursivas para distinguir entre genes y proteínas, y guiones de distinta longitud.
Me aseguraré de que la información se adapta a su destinatario, sus circunstancias y contexto. No me olvidaré de ninguna cifra y utilizaré el conversor de magnitudes del libro rojo. Con mi humilde labor, Rihanna encontrará su talla de sujetador y no morirán ni bebés ni gatitos.
Fomentaré el avance de la ciencia y divulgaré la información para que llegue a todos los públicos. Con mi humilde labor, las novedades de Tremédica obtendrán más retuits y se compartirán de forma constante los nuevos números de Panacea.
Velaré por la confidencialidad de los documentos y la preservación de la diversidad cultural. Con mi humilde labor, me aseguraré de que no se filtren los dosieres de registro de los nuevos medicamentos de Novartis.
Seguiré esta promesa y me formaré durante toda la vida para alcanzar los más altos estándares de calidad y honrar a mi profesión. Si lo quebranto asumiré que se vete mi entrada a esta esplendorosa comunidad de profesionales y a estos enriquecedores cursos de traducción médica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
¿Cuál te ha parecido mejor? ¿Cuál se adapta a tus principios profesionales? ¿Con qué ideas te sientes más identificado? ¿Qué añadirías? ¿Hay algo imprescindible que falte en todos estos juramentos? Quizá podamos descubrirlo la próxima semana, cuando presentemos los dos juramentos que faltan. O quizá tú lo sepas muy bien y nos lo quieras contar dejando un comentario.
José Antonio de la Riva
Director de Cosnautas